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EL SIGNIFICADO DE
LOS NÚMEROS
UNO,
que no puede dividirse sin dejar de existir, es el
símbolo de Dios Padre.
DOS,
designa las dos naturalezas de Cristo, divina y humana.
TRES,
es la cifra de la Trinidad, simbolizada en el Antiguo
Testamento por los tres ángeles en la mesa de Abrahán.
En la construcción de iglesias, hacen alusión a la
Trinidad el triple ábside y las tres portadas de la
fachada. También es la cifra de los Reyes Magos que
representan las tres partes del mundo conocidas en
tiempos de Cristo.
CUATRO,
es el número al que corresponden los elementos, las
estaciones, los ríos del Paraíso, los temperamentos o
del hombre, así como los evangelistas, los profetas
mayores, los padres de la Iglesia, las virtudes
cardinales y, después del descubrimiento de América, las
partes del mundo.
CINCO,
le corresponden los cinco libros de Moisés, las cinco
llagas de Cristo, las cinco vírgenes necias y prudentes,
los cinco sentidos.
SEIS,
símbolo de perfección, los seis días de la Creación.
SIETE
es un número particularmente augusto que se obtiene
sumando tres, cifra impar de la Trinidad divina,
y cuatro, cifra par del mundo compuesto de cuatro
elementos. Se aplica a la Creación, a los dones del
Espíritu Santo, a los gozos y dolores de la Virgen, a
las virtudes cardinales y teologales (que se contraponen
a los siete pecados capitales), a los sacramentos, los
planetas, las edades de la vida, los días de la semana,
las artes liberales. Ocupa un lugar considerable en el
Apocalipsis, donde se hace referencia a las siete
iglesias de Asia, a los siete sellos, a las siete copas
de la cólera divina y al dragón de siete cabezas. En la
tradición evangélica el siete representa la cifra
de la gentilidad o de la universalidad.
OCHO,
simboliza el renacimiento por el bautismo y la
resurrección, razón por la que los baptisterios y las
fuentes bautismales tienen a menudo forma octogonal.
También se vincula con las bienaventuranzas y con los
tonos de la música gregoriana.
NUEVE,
contiene tres veces el número de la Santísima Trinidad.
Corresponde a los coros de los ángeles.
DIEZ,
corresponde a los mandamientos del Decálogo.
ONCE,
significa el pecado, porque este número "transgrede" el
diez, que es la cifra del Decálogo, y el pecado
es la transgresión de la Ley.
DOCE,
producto del tres multiplicado por cuatro,
rivaliza en importancia con el siete, por ser la
cifra no sólo de los meses del año y de los signos del
Zodiaco, sino también, sobre todo, de las doce tribus de
Israel, de los doce apóstoles y, por tanto, de la
Iglesia universal.
TRECE,
se consideraba que acarreaba desgracia.
CATORCE,
dos veces siete, es la cifra de los intercesores.
VEINTICUATRO,
corresponde a los ancianos del Apocalipsis.
TREINTA Y
TRES es el número de
años de la vida de Cristo y por eso Dante divide en
treinta y tres cantos su trilogía de la Divina Comedia.
CUARENTA,
es la cifra bíblica de los tiempos de prueba. El diluvio
dura cuarenta días, así como el ayuno de Cristo después
de su bautismo. Los israelitas erraron cuarenta años por
el desierto antes de penetrar en la Tierra Prometida.
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