En Castilla y León la Inspección Educativa está regulada por el Decreto 92/2004, de 29 de julio. Este reglamento desarrolla a través de sus disposiciones que la Inspección Educativa es un factor fundamental para la mejora de la calidad de la educación y establece que desde la profesionalidad, la especialización, la autonomía y la formación de los inspectores puede apoyar la consecución de tal fin.

Así mismo, el Decreto determina que para el aumento de la eficacia y eficiencia de sus actuaciones, y por tanto de la gobernanza, se establecerán métodos de trabajo que permitan unificar procedimientos y proponer de forma participada la planificación en el corto y medio plazo, así como, el establecimiento de planes de evaluación para determinar el grado de consecución de los objetivos previstos y las propuestas de mejora correspondientes.

Partiendo del contexto normativo referenciado, planteamos necesidad de definir un Marco de trabajo para la Inspección Educativa de Castilla y León que establezca los objetivos estratégicos y operativos para los próximos años, adaptados a las necesidades presentes y a los retos futuros, de forma participada y consensuada.

Este Marco ha de permitir alinear, cohesionar, homogenizar e impulsar el trabajo realizado por la Inspección desde la modernización de su gestión, convirtiéndose en una pieza clave de la mejora de la calidad del Sistema de Educativo de Castilla y León.