LA HUELLA DEL CAMINO EN LA CIUDAD DE LEÓN
PASO 35: El Crucero (Salida hacia Astorga)

Traspasado el río, el romero se encuentra en el seno de un barrio, cuyo nombre “El Crucero” es la huella que nos legó su origen jacobeo, pues el viajero se encuentra ante la encrucijada de cuatro calzadas. El crucero original ya no se conserva, como tampoco el del Alto del Portillo que recibió al peregrino durante siglos. Ambos cruceros tuvieron una estrecha relación histórica, pues, aunque hemos recorrido la ciudad acompañando al peregrino en estas páginas que ya concluyen, hubo romeros que pudieron no haber querido entrar en la ciudad o que se vieron impedidos de hacerlo en las épocas en que había peste y se cerraban las puertas para cualquier viajero. Cuando eso sucedía tomaban una ruta alternativa: desde el puente del Castro se dirigían al puente de Rodrigo Jústez, situado sobre el río Bernesga a la altura de la actual plaza de toros, citado desde 1260 (Álvarez, 1992, 83), aunque su estado maltrecho hizo que se sustituyera más tarde por una barca para pasar el río y a partir del año 1577 por un nuevo pontón construido por el Ayuntamiento más al oeste (Parga, Lacarra y Uría, II, 1949, 260); cruzado el río, tomaban un antiguo camino (se conservaba en parte a mediados del siglo pasado) en dirección a Trobajo del Camino (Ídem, 259).

Quizás fue en este cruce de calles donde Don Suero de Quiñónes mandó erigir “un faraute de mármol (una escultura de un mensajero) obra de Nicolao Francés, maestre de las obras de Santa María de Regla de León; e le asentaron sobre un mármol, bien aderezados de vestidos e de sombrero, puesta la mano siniestra en el costado, e tendida la mano derecha do iba el Camino Francés, en la cual estaban unas letras que decían: “Por ay van al Passo” (Viñayo, 1992, s.p.). Trobajo del Camino, La Virgen del Camino, San Miguel del Camino….

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