Moza asturiana que sirve comidas en la venta de Juan Palomeque. Gallarda de cuerpo y algo ordinaria. Siente compasión por Quijote y Sancho.
Se la describe como “ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del otro no muy sana”. Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera “. Don Quijote alude a ella como la “Madama”.