Las partículas están más separadas que en los sólidos y pueden moverse unas con respecto a otras. Eso hace que la materia líquida no tenga una forma propia y que la adquiera en función del recipiente que la contiene.
Los líquidos no pueden comprimirse aunque sobre ellos se hagan fuerzas
muy intensas.
Los líquidos no tienen forma propia. Su forma se ajusta al recipiente
que los contiene.
Dos son las propiedades específicas de los líquidos: viscosidad
y volatilidad.
Viscosidad. Cuando un líquido al derramarse cae despacio. Un buen ejemplo
es la miel.
Volatilidad. Un líquido es volátil cuando se evapora con mucha
facilidad. Aerosoles y gasolina son, por ejemplo, líquidos muy volátiles.
Como curiosidad podemos decirte que hay un mineral cuyo estado es líquido
a temperatura ambiente, este es el mercurio, y es utilizado fundamentalmente
para medir la temperatura en los termómetros.
Recuerda que las partículas del agua están formadas por moléculas
que contienen dos átomos de hidrógeno por uno de oxígeno
y su fórmula es H2O.
El agua no tiene color, ni sabor, ni olor. Si no cumpliese una de esas tres
propiedades no estaría en estado puro. Por lo tanto, el agua en estado
puro es incolora, insípida e inodora.
En el agua pueden disolverse muchas sustancias y según sean podemos cambiar
el color, el sabor…
El agua es esencial para la vida del planeta, por ello es el líquido
más abundante. Tres cuartas partes de la superficie del planeta es agua.
También nuestro cuerpo está compuesto de una gran parte de agua.