CENTENARIO DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO

El que fue titular del sillón F de la Real Academia Española, el escritor y humanista José Luis Sampedro, hubiera cumplido hoy 100 años.
El que fue titular del sillón F de la Real Academia Española, el escritor y humanista José Luis Sampedro, hubiera cumplido hoy 100 años.
En España, los incendios se clasifican según el material combustible involucrado, siguiendo la normativa europea. Las categorías principales son: Clase A (sólidos como madera o papel), Clase B (líquidos inflamables como gasolina), Clase C (gases como el butano), Clase D (metales como el magnesio) y fuegos eléctricos. Elegir el extintor correcto depende de identificar estos riesgos. Por ejemplo, en una cocina industrial con aceites, un modelo específico para Clase F sería prioritario. Conocer esta clasificación evita errores que podrían agravar la emergencia, especialmente en entornos regulados por el Real Decreto 513/2017 sobre protección contra incendios.
Ideal para fuegos de Clase A y B, el extintor de espuma actúa sofocando las llamas y enfriando el material. Su composición, basada en agua y agentes espumógenos, crea una capa que aisla el oxígeno. En España, es común verlo en garajes o almacenes con combustibles líquidos. Sin embargo, no debe usarse en equipos eléctricos, ya que el agua contenida puede conducir electricidad. Un ejemplo práctico es su aplicación en talleres mecánicos, donde la espuma controla derrames de gasolina sin dañar maquinaria. Su mantenimiento, exigido por ley, garantiza que la presión y componentes estén óptimos ante emergencias.
Diseñado principalmente para fuegos de Clase A, el extintor de agua es una opción económica y ecológica. Funciona por enfriamiento, reduciendo la temperatura del material en combustión. En España, se recomienda en zonas con materiales orgánicos, como bibliotecas o almacenes de madera. No obstante, su uso está prohibido en incendios con líquidos inflamables o equipos eléctricos, debido al riesgo de electrificación o propagación. Un caso de éxito es su implementación en parques naturales, donde combate incendios forestales sin dañar el ecosistema. Su revisión anual, según la normativa UNE-EN 3, asegura su funcionalidad en momentos críticos.
Con capacidad para actuar en fuegos de Clase A, B y C, el extintor abc contiene polvo químico (fosfato monoamónico) que interrumpe la reacción en cadena del fuego. Es el más utilizado en comunidades de vecinos y oficinas españolas por su versatilidad. A diferencia del extintor de co2, deja residuos, pero su eficacia en espacios cerrados con equipos eléctricos de baja tensión lo hace indispensable. Por ejemplo, en un edificio residencial, puede controlar un incendio en un cuadro eléctrico sin peligro de descargas. Cumple con la normativa EN 3-7:1996, garantizando seguridad en múltiples entornos.
Especializado en fuegos eléctricos y Clase B, el extintor de co2 descarga dióxido de carbono a alta presión, desplazando el oxígeno sin dañar equipos delicados. En España, es obligatorio en salas de servidores o laboratorios con instrumentación sensible. A diferencia del extintor de espuma, no deja residuos, lo que facilita la limpieza post-emergencia. Un caso relevante es su uso en hospitales, donde protege equipos médicos sin comprometer esterilidad. Su mantenimiento debe incluir verificaciones de peso y boquilla, según el Real Decreto 513/2017, para asegurar su correcto funcionamiento en situaciones críticas.
En España, la elección de extintores debe alinearse con la legislación vigente, como el Código Técnico de la Edificación (CTE). Factores como el tamaño del área a proteger, la accesibilidad del equipo y la capacitación del personal son cruciales. Por ejemplo, en una fábrica con maquinaria pesada, se recomienda combinar un extintor abc y uno de co2 para cubrir riesgos mixtos. Además, la señalización conforme a la norma UNE 23033-1 garantiza localización rápida. La formación periódica, exigida por la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, refuerza la eficacia en emergencias.
Seleccionar el extintor adecuado implica analizar los riesgos específicos de cada espacio. En un restaurante español, por ejemplo, la combinación de un extintor de espuma para la cocina y uno de co2 para la zona de comedor con equipos electrónicos optimiza la protección. Consultar con empresas certificadas, como las adheridas a la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (TECNIFUEGO), asegura cumplimiento normativo. Recuerde: la prevención salva vidas y bienes, adaptando soluciones a la diversidad de fuegos presentes en entornos laborales y domésticos.
Castilla y León es la comunidad autónoma que mejores resultados obtiene en lectura en el Informe Pisa 2015 y es que, en definitiva: "Castilla y León lee bien".
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