RAÚL VACAS
Acaso la mejor definición de Raúl Vacas sea la de poeta obrero y viajero.
Como los juglares de la Edad Media acude, lleno de fervor poético, a colegios, institutos, centros cívicos o plazas de pueblos, a lo largo y ancho de la geografía de nuestra tierra, y más allá. Como no usa vehículo propio, llega a los destinos donde se le requiere en coche de línea, haciendo dedo o aprovechando las redes sociales para contactar con amigos y particulares, y llegar puntual a su cita con un público siempre exigente. Así su poesía se roza con la vida, tanto con su intemperie como con el calor humano de quien le invita a compartir un tramo de su existencia.
De poeta obrero lo tiene todo: el corta y pega, el corte y confección, el pico y pala de la palabra. Ama experimentar con las palabras, con las que tiene una relación de amor y diversión: juega con ellas y muchos de sus textos recorren veladamente la historia de la literatura, desde los clásicos hasta las vanguardias artísticas. Hay que estar atentos a esas sutilezas. por eso no cree en la inspiración, sino en el trabajo, en el oficio diario. Como poeta de oficio y de instituto, de Esto y ESO, puede que tenga un poema para cada materia de enseñanza: poemas con números, con música de eco, con personajes de raras geografías, con medicina y anatomía, con nuevas tecnologías y con lenguas clásicas, con educación física y ejercicios en el trapecio. Su afán no es otro que saltarse esa reaccionaria división entre ciencias y letras. Podéis encontrar cada uno de estos temas -muy lúdicos, pero profundamente cargados de emotividad- en la antología que él mismo nos propone, Del corazón a los asuntos, con verso tomado de su querido Miguel Hernández.
La consecuencia de ambas características anteriores, la de viajero-misionero y la de obrero-sindicalista, es verse convertido en un agitador cultural incansable: nadie quedará indiferente a la atracción que suscita su voz y su espectáculo salido de los objetos de su maleta. Vive tanto la poesía que habita una casa, en un pueblo de la provincia de Salamanca, que se ha convertido en sede de cursos de escritura creativa, editorial y, sobre todo, descanso y disfrute para quien quiera participar de sus iniciativas. Amistad, juego y contacto con la naturaleza están asegurados en La Querida.
Comenzó de bromas, jugando a escribirle letras de canciones a un grupo amigo en su Salamanca natal. Siguió jugando a hacerles entrevistas a sus poetas fundamentales: Gonzalo Rojas, José Hierro, Álgel González o Claudio Rodríguez. Y pasó así de la afición a la necesidad, a no pasar un día sin leer y sin escribir. El deslumbramiento definitivo de la palabra lo recibió con el teatro clásico de Calderón, asistiendo a una representación de La vida es sueño. Lo que le obligó a buscarse a sí mismo en los versos de Miguel Hernández, Neruda, Lorca o Francisco Pino.
Y desde aquella temprana adolescencia, aquejado por el síndrome de Peter Pan, se mantiene en contacto con niños y jóvenes en centros de enseñanza, publica libros que son diario y memoria, feliz y divertida, de su encuentro con su público que desde el primer instante le siente como uno de los suyos, que regresa.
Ahí tenéis dos enlaces con entrevistas muy interesantes que recientemente han sido realizadas por alumnos de institutos:
Y si queréis escucharle recitar, en acción:
https://www.youtube.com/watch?v=1z_RUKkwkeQ
https://www.youtube.com/watch?v=3eZ2gxi_qnM&t=12s
O realizando una animación a la lectura con lectores exigentes:
https://www.youtube.com/watch?v=ddi5BM0NjNg
https://www.youtube.com/watch?v=jvZ-DrpmVkA&t=53s
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