La acogida de la escritora palentina Esperanza Ortega en el instituto de Venta de Baños el pasado martes 13 fue verdaderamente cálida. Los alumnos habían preparado lecturas de sus poemas y biografía a partir de las letras que componen la palabra Bienvenida. La autora se sintió verdaderamente en su ambiente por varios motivos. Recordó cuando con su padre acudía de niña a beber las aguas de Baños, y recordó también la iglesia de San Juan de Baños, uno de los mejores ejemplos del arte visigótico. Aprovechó para hacer una reivindicación feminista de los personajes fuertes de mujer, como Santa Teresa de Jesús: Teresa vigilaba la puerta mientras leía, para que su padre no la sorprendiera. En la tradición judía todas las personas deben saber leer, es el único acceso a los textos sagrados. Y el padre no quería que a Teresa y a toda la familia se les acusara de judeo conversos. Siempre los libros y la lectura han tenido esa doble vertiente de peligro y disfrute. Un recordatorio para los escritores callados, que siempre están entre el público joven: escribir no es llenar los textos de palabras grandilocuentes, ni supuestamente biensonantes. Escribir es regresar al primer lenguaje del mundo, de la infancia del mundo. A su lengua desnuda. Seguir leyendo...