FERMÍN HERRERO EN EL IES PINTOR LUIS SÁEZ
El recibimiento en el IES Pintor Luis Sáez no pudo ser mejor. Los profesores del Departamento de Literatura habían confeccionado un cuadernillo con una antología de sus versos y marcapáginas con poemas del autor.
María José Pérez Pérez, profesora de los grupos de 1º y 2º de bachillerato, preparó una presentación brillante sobre la poesía de Fermín Herrero. Le agradecemos sus desvelos por motivar a su alumnado y compartimos esa hermosa presentación.
FERMíN HERRERO REDONDO EN EL IES "PINTOR LUIS SÁEZ"
Tenemos la suerte de contar con nosotros a Fermín Herrero, poeta soriano, que ha obtenido los premios de más reconocido prestigio de la poesía en España: el hiperión, Gil de Biedma, el regional y el nacional de la Crítica, entre otros. También está con nosotros José Manuel de la Huerga, que el año pasado recibió el Premio de la Crítica de Castilla y León por su novela Pasos en la piedra, que se va a ocupar de que Fermín Herrero nos desvele algunos de los secretos y misterios de su poesía y es el que ha ideado este proyecto de traer los poetas castellano leoneses al aula.
Los dos comparten el mismo sentimiento de desolación por la pérdida de los pueblos de Castilla, muchos de ellos hoy en extinción, y de nostalgia de ese mundo de la infancia y de la adolescencia en los pueblos castellanos, hoy condenados al olvido.
Afortunadamente, la literatura nos salva de ese olvido, incluso como dice James Salter, un escritor norteamericano: "Llega un día en que adviertes que todo es un sueño, que solo las cosas conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales".
Tanto Fermín Herrero como José Manuel de la Huerga han asumido la responsabilidad poética de rescatar del olvido ese mundo de los pueblos de Castilla, que un día estuvo vivo y hoy son como diría Fermín Herrero con un verso de Santa Teresa de Jesús "un lugarcillo de hartos pocos vecinos", donde las fuentes se han secado porque ya nadie las limpia, y es difícil adivinar en qué lugar exacto están, aunque crezcan en ella los berros "Sé que la fuente está ahí, en el lugar/ donde los berros se arraciman.../ que si estuviese limpia se vería/ manar el agua hacia la superficie..." o como dice en otro de sus poemas "En el silencio de los pueblos se desmoronan/ las paredes de adobe. Qué se podría hacer,/ todo, todos se fueron, se fueron yendo/ a la ciudad y todas sus muertes juntas/ siguen aquí." En los pueblos de Castilla no se cumplen los versos de Juan Ramón Jiménez "Se morirán aquellos que me amaron;/ y el pueblo se hará nuevo cada año;" cuando los pueblos no se hacen nuevos cada año, solo cabe hablar de los muertos.
La poesía de Fermín Herrero tiene para mí dos valores, uno es el de encontrar por escrito mis sentimientos, el recuerdo de mi infancia en un pueblo de Castilla con palabras poéticas que yo no hubiera sabido encontrar y otro que ha recuperado del olvido muchas palabras que forman parte de nuestro patrimonio y que hace tiempo que ya no se oía. la magia de la literatura a veces consiste en encontrar por escrito algo que a uno le hubiera gustado decir, pero no ha encontrado las palabras y de repente, el poeta, en este caso Fermín Herrero, tien el don o el talento de verbalizar nuestros sentimientos.
Entre esas palabras que han evocado el mundo luminoso del pasado están "quitameriendas" , en uno de sus versos dice: "Al cruzar/ un ribazo vi que han salido ya muchos quitameriendas, el verano se va" que los aragoneses llaman "espachaveraneantes". Los quitameriendas son esas flores malvas que salen a finales de agosto, cuando los días se acortan y la cena más temprana en los pueblos sustituía a la merienda y los veraneantes que habían pasado los meses de julio y agosto volvían a la ciudad, dejando atrás un montón de aventuras, a veces amorosas, que prometían repetirse al verano siguiente, pero que como dice otro verso de Fermín Herrero "Todo lo bello es frágil", y al verano siguiente las cosas eran diferentes. Los que volvían habían crecido demasiado.
Otra palabra deliciosa en el doble sentido de la palabra ha sido la "quina", el poema empieza "Entonces pienso que mi infancia son/ ...el diente encima del trinchero, el oído en el cuerno del pastor,...la quina" que era un licor dulce con el que las abuelas nos emborrachaban las mañanas de los domingos ante la pasividad de nuestros padres que consentían lo políticamente incorrecto como que pasáramos las tardes cazando pájaros o cogiendo los huevos de los nidos: "Las tardes se alargaban cazando cardelinas/ con liga o espiando nidos,/ que pagaban a tanto el huevo."
Y por último, un poema que me ha conmovido profundamente es "Por una burra me vendieron..." porque me recuerda a algunas historias que nos contaban mis abuelos a mis hermanas y a mí con las que siempre nos reíamos a carcajadas, pero que nos dejaban un poso de tristeza y compasión por aquellos a los que les tocó vivir la etapa más cruda de la postguerra.
Como no quiero desperdiciar el tiempo que nos van a dedicar Fermín Herrero y José Manuel de la Huerga, dejo que hablen ellos.
Muchas gracias por vuestra presencia aquí.
María José Pérez Pérez.
Un enlace al blog del Plan de Lectura del IES Pintor Luis Sáez donde se hacen eco de la visita:
http://plandelecturadelpintor.blogspot.com.es/2018/02/el-poeta-fermin-herrero-en-el-instituto.html