Es, tal vez, el más conocido de los polígonos
nazaríes, curiosamente esta forma está delimitada
al igual que el pétalo, por arcos de circunferencia
en vez de por segmentos rectos como un polígono convencional.
No nos ha llegado información de cómo los maestros
nazaríes trazaban este polígono, pero los matemáticos
han encontrado varias formas de construirlo, una de ellas es
a partir de un triángulo equilátero, en el que
se recortan en cada lado un segmento circular para colocarlo
en el mismo lado mediante un giro de 180º.
Se pueden ver mosaicos generados por pajaritas multicolores
en la Alhambra y en el Alcázar de Sevilla alternando
el blanco y negro.
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