Es importante que el profesorado desarrolle estrategias que ayuden y orienten en la adquisición de habilidades, así como de destrezas para moverse entre la diversidad y la densidad de información y estímulos.
En cualquier Plan de lectura que se diseñe o se pretenda desarrollar en el momento actual sería deseable contemplar los aspectos generados por la cultura digital en la que se desenvuelven los alumnos y los ciudadanos.
La incorporación de los entornos digitales en el ámbito escolar y en los momentos de ocio está provocando un impacto importante en lo que se entiende por leer, en las habilidades que se necesitan para ello, en lo que es un libro o un objeto de lectura, en la forma de acceso y en la interacción social que implica la lectura en los nuevos medios.
La confluencia de digitalización, información y comunicación está determinando una idea de lectura diferente y complementaria con vertientes nuevas: el contexto y los soportes, la conectividad y la interacción social.
1.1.- Contexto y soportes de lectura
El concepto de libro y de texto tradicional, al ser implantado en entornos digitales, ha ido difuminándose en formas y formatos, pasando de ser simples libros digitalizados con una estructura secuencial a objetos multimediales e hipertextuales.
Las tecnologías actuales de la información y comunicación, en su diversidad de soportes y servicios, están posibilitando espacios dinámicos de lectura, estructuras diversas de organización de la información, espacios multimedia y "entornos lectores" entrelazados. De esta forma, se está conformando un contexto que está modificando el concepto de lectura.
En esta nueva situación, el lector requiere la adaptación de sus habilidades tradicionales, la adquisición de destrezas específicas y el desarrollo de competencias digitales, de manera que le posibiliten el acceso a la lectura de una manera eficaz, agradable, segura, personal y al mismo tiempo social.
La conectividad a las redes ha permitido la ubicuidad de los "objetos de lectura" haciendo que el acceso sea inmediato y compartido, teniendo a nuestro alcance la inmensidad de las creaciones generadas en el pasado y las que se generan continuamente. Surgen nuevas fórmulas de distribución, de almacenamiento y de adquisición, desde cualquier lugar y en cualquier momento. Aparecen continuamente innovadores entornos virtualizados dirigidos a la lectura: editoriales virtuales, librerías virtuales, bibliotecas virtuales, redes de intercambio virtuales,…
Estas grandes posibilidades tienen sus contrapartidas, derivadas de la complejidad de los nuevos "entornos lectores": la dispersión en la lectura y la sobreestimulación de los sentidos, que dejan poco espacio para la reflexión y la personalización de lo leído. Para minimizar estos riesgos es importante, además de la comprensión lectora, favorecer la interpretación del entorno, de las dinámicas y de las estructuras que generan las nuevas formas de lectura.
La digitalización ofrece diversas formas de organizar la información permitiendo conformar estructuras complejas de carácter secuencial, radial, jerárquico, relacional,... De esta manera se individualiza el discurso, lo que obliga al lector a construir mapas mentales para integrar la información y conformarla. El autor o autores crean la estructura y el lector conforma el recorrido. El que lee es el que establece las relaciones, el que construye el significado y el itinerario, el que relaciona hechos, ideas y datos.
Algo determinante de esta lectura es el carácter hipertextual que lleva al acceso selectivo, a la navegación de nodo en nodo entre textos y elementos multimedia, o a la interacción con entornos de creación, de escritura o de expresión. Esto da como resultado un enriquecimiento de las posibilidades comunicativas y la personalización de lo leído.
Esto puede producir una sensación de encontrarse perdido en un mar de información y en un "zapping" aleatorio. En este aspecto, es importante que el profesorado desarrolle estrategias que ayuden y orienten en la adquisición de habilidades, así como de destrezas para moverse entre la diversidad y la densidad de información y estímulos.
El desarrollo de la interactividad y de la hipertextualidad en los objetos de lectura, desde diferentes opciones tecnológicas, lleva a la "realidad aumentada ".
Añaden información virtual a la información física o viceversa, todo ello en tiempo real. El efecto de esta tecnología hace que incluso los objetos tradicionalmente impresos adquieran dimensiones nuevas al integrarse marcadores de posición, elementos técnicos de geolocalización, códigos bidimensionales de identificación rápida (QR), o marcas de aguas de interacción, que proporcionan información contextualizada, dando dimensiones nuevas al papel impreso . Los lectores cuentan con aplicaciones móviles que, al utilizarlas junto con un texto en papel, suministran información digital multimedia o textual en función de la localización del lector o de la narración.