ve mucho y sabe mucho.
Solemos decir que "Quien bien escribe, mucho lee". La expresión es ambigua, pues no sabemos cuál de los dos procesos fue primero: si quien bien escribe lo logró porque había leído ya mucho o si quien lee mucho lo hace porque antes ha escrito con calidad.
Un Plan de lectura de centro puede potenciar no sólo una lectura eficiente, sino que puede ser germen e impulso de una enseñanza coordinada para que el alumnado pueda comunicarse y relacionarse, por escrito y oralmente, de una manera eficaz y activa con los demás, para integrarse satisfactoriamente en la sociedad y para poder desenvolverse en el entorno educativo. Debe señalar que la escuela enseña a leer, pero también a escuchar, a escribir y a comunicarse oralmente. Es más, aunque prioritariamente se ocupe de la lectura, debe reconocer la misma importancia de lo oral y lo escrito como cauces de comunicación humana y escolar.
Quizá nunca se ha escrito y se ha leído tanto como ahora; quizá nunca ha sido tan necesario saber hacerlo bien para sentirse realmente partícipe en la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Aprovechemos, por tanto, cualquier interdependencia para enseñarlo.